Soy Ainhoa Lamas y estoy aquí para ayudarte a sentirte mejor contigo y con tus relaciones
Sé que no siempre es fácil pedir ayuda. A veces sientes que has hecho todo lo posible por tu cuenta, pero aun así las emociones se desbordan, los vínculos duelen o sientes que has perdido el rumbo. Lo sé, porque lo he sentido y lo escucho a diario, y porque mi vocación nace precisamente de ahí: del deseo de acompañar a las personas a sentirse más en paz consigo mismas y con quienes les rodean.
Mi propósito como psicóloga es crear un espacio seguro y sin juicios, donde puedas entender lo que estás viviendo, ponerle nombre, y empezar a transformar poco a poco lo que te pesa. No creo en fórmulas mágicas, pero sí en el poder del vínculo terapéutico, en el respeto por tu historia y en la fuerza que tiene poder mirarte con más compasión.
Si te resuena lo que lees, ya estás más cerca de lo que crees de empezar a cuidarte como mereces y necesitas.
Un acompañamiento personalizado, respetuoso y cercano
Trabajo desde un enfoque integrativo, lo que significa que no aplico un único procedimiento para todas las personas. Cada historia es única, y cada proceso terapéutico también lo es. Por eso, elijo las herramientas y recursos más adecuados para ti, según tus necesidades, tu historia de vida y el momento en el que te encuentras.
En terapia, no me posiciono como alguien que “sabe más” que tú, sino como una guía que te acompaña a mirar dentro, a entenderte con más claridad y a cuidar tus emociones sin exigencias ni prisas. A veces eso implica revisar heridas del pasado; otras veces se trata de aprender a poner límites, cambiar patrones o simplemente entender qué está pasando dentro de ti.
Mi forma de trabajar se basa en el respeto mutuo, la escucha activa y la empatía. Quiero que te sientas en un lugar seguro para abrirte, explorar lo que sientes y construir un camino más tranquilo, consciente y conectado contigo y con los demás.
Puedes empezar sin tenerlo todo claro. Lo importante es que no tienes que hacerlo solo/a.
¿Cómo puedo ayudarte?
Sé que pedir ayuda no es fácil. Puede que lleves tiempo sintiéndote agotado emocionalmente, atrapado en relaciones que no terminan de sanar o desconectado de ti mismo. Tal vez has intentado seguir adelante como si nada, pero algo dentro de ti te dice que necesitas parar, escucharte y cuidarte.
Estás en el lugar adecuado. Aquí no tienes que tener todas las respuestas ni saber por dónde empezar. Solo necesitas dar el paso de abrirte a la posibilidad de estar mejor. Y yo estoy aquí para acompañarte.
Te ofrezco un espacio seguro para mirar hacia dentro con honestidad, entender lo que te está pasando y empezar a sanar. Cada proceso es único, porque tú lo eres. Y mereces sentirte escuchado, comprendido y sostenido mientras encuentras tu camino.
TERAPIA INDIVIDUAL
Hay momentos en los que simplemente no puedes más. En los que sientes que todo te sobrepasa, que ya no sabes cómo sostener lo que te pasa por dentro. Puede que te sientas confundido, cansado, desconectado de ti mismo o de los demás. Tal vez llevas tiempo intentando ser fuerte, pero ya no sabes cómo seguir. Si has llegado hasta aquí, quiero que sepas algo importante: no tienes que hacerlo solo.
La terapia individual es un espacio para parar, para respirar, para escuchar lo que llevas tiempo callando. Un lugar seguro donde puedes venir con tu tristeza, tu ansiedad, tu culpa, tu rabia o tu bloqueo. Aquí no vas a ser juzgado, ni presionado. Solo vas a ser acompañado. Y eso, a veces, es justo lo que más necesitamos para empezar a sanar.
Trabajaremos juntas/os para entender lo que estás viviendo, reconocer cómo te hablas, cómo te relacionas, y qué historias están marcando tu forma de estar en el mundo. Con respeto, con cuidado y a tu ritmo, irás encontrando recursos para cuidarte mejor, dejar atrás patrones que te hacen daño y sentirte más en paz contigo y con tus relaciones.
No hay un momento perfecto para empezar. Solo esa pequeña intuición de que algo dentro de ti quiere sentirse mejor. Si estás aquí, quizás ya diste el primer paso. Y estoy aquí para acompañarte en los siguientes.
TERAPIA DE PAREJA
Estar en pareja no siempre es fácil. A veces el amor no basta para entenderse, para hablar sin herirse, para volver a sentirse cerca. Quizá últimamente discutís por todo, o por nada. Tal vez hay silencios que pesan más que las palabras. O sentís que seguís queriéndoos, pero no sabéis cómo cuidar ese amor sin que duela. Si os estáis preguntando si aún tiene sentido seguir luchando, o si simplemente queréis reconstruir vuestra forma de estar juntos… estáis en el lugar adecuado.
La terapia de pareja no es un juicio ni un reproche. Es un espacio seguro y respetuoso donde los dos podéis hablar desde el corazón, sin interrupciones, sin culpas, sin miedo a no ser escuchados. Os acompaño a comprender qué hay detrás de los conflictos, qué heridas o necesidades no están siendo atendidas, y qué podéis hacer para recuperar la conexión, la confianza y el entendimiento.
A veces, eso significa aprender a comunicaros de otra manera. Otras, reencontraros tras una crisis, poner límites sanos o cerrar una etapa desde el respeto. Cada pareja es única, y mi enfoque se adapta a lo que realmente necesitáis. Lo importante es que no tenéis que resolverlo solos. Hay otra forma de relacionaros, y estáis a tiempo de encontrarla.
TERAPIA FAMILIAR
En muchas familias hay amor, pero también hay momentos de dolor, de distancia, de incomprensión. A veces los silencios pesan más que las palabras. Otras, todo son reproches, tensiones o malentendidos. Puede que sintáis que os queréis, pero no lográis entenderos. O que las emociones dentro de casa están tan desbordadas que el ambiente se ha vuelto difícil. Si algo de esto te suena familiar, quiero que sepas que no estáis solos. La familia también puede aprender a sanar.
La terapia familiar es un espacio donde todos los miembros pueden expresarse, sentirse escuchados y comprender al otro desde un lugar diferente. No se trata de buscar culpables, sino de crear un diálogo donde cada uno pueda encontrar su lugar, poner en palabras lo que duele y empezar a reconstruir el vínculo desde el respeto, la empatía y el cuidado mutuo.
Ya sea entre padres e hijos, en familias separadas o reconstituidas, o atravesando duelos, crisis o cambios importantes, mi papel es acompañaros con sensibilidad y neutralidad. Cada familia es un mundo, y mi enfoque se adapta a vuestras dinámicas, ritmos y necesidades. Porque cuando la familia se escucha de verdad, algo profundo empieza a cambiar.
TERAPIA INFANTIL Y JUVENIL
A veces, los niños y adolescentes sienten cosas que no saben cómo expresar. O lo hacen con rabietas, con silencios, con enfados que parecen no tener sentido. Puede que notes que tu hijo o hija está más triste, más irritable, más inseguro o retraído. O que está atravesando una etapa complicada y no sabes cómo ayudarle. Como madre, padre o cuidador, es normal que te preocupe y te preguntes si esto es una fase… o si necesita algo más. Si estás aquí, ya has dado un paso importante: buscar apoyo.
La terapia infantil y juvenil es un espacio adaptado a sus ritmos, su lenguaje y su mundo emocional. Les ayudo a poner en palabras lo que sienten, a comprender sus emociones, a construir una imagen más segura de sí mismos y a encontrar formas más saludables de afrontar lo que les cuesta. Trabajo desde una mirada empática, cercana y respetuosa, en la que se sientan cómodos y acompañados.
Cada niño, cada niña, cada adolescente tiene su manera de estar en el mundo, y también su manera de pedir ayuda. Mi labor es acompañarles desde ese lugar, y también estar ahí para sus familias, ofreciendo orientación y herramientas para que puedan comprender mejor lo que está ocurriendo y apoyar de forma más consciente el proceso. Porque crecer no siempre es fácil. Pero hacerlo acompañado marca una gran diferencia.
No tienes que seguir cargando con todo tú solo/a. Si has llegado hasta aquí, significa que una parte de ti ya sabe que es momento de cuidarte, de parar y empezar a mirar por tu bienestar. Estoy aquí para ofrecerte un espacio seguro, profesional y humano donde poder hacerlo, a tu ritmo y desde el respeto. ¿Damos ese primer paso juntas/os?
